Hay varios métodos para la extracción del THC del cannabis, como las extracciones en seco, al agua, con alcohol, etc. Con ellos se pretende separar los principios activos de la planta (cannabinoides) de los restos vegetales y conseguir con ello aumentar la concentración de THC en el producto resultante.
Uno de estos métodos, muy utilizado actualmente, es la extracción BHO (butane honey oil). Se trata simplemente de separar la resina de la planta utilizando gas butano. Para ello nos valdremos de un tubo cilíndrico en el que introduciremos los cogollos desmenuzados y lo taparemos, con un filtro en un lado y con un tapón adaptado para verter gas en el interior del tubo en el otro. El paso del gas a presión y a muy baja temperatura a través de los restos vegetales disolverá y arrastrará la resina de la planta. De está forma conseguiremos un aceite con aspecto de miel, con una concentración de THC de entre el 40% al 80%.

Aunque el método puede resultar bastante simple, no hay que olvidar nunca que estamos trabajando con un gas altamente inflamable. Se han producido números accidentes en las extracciones con gas butano, por lo que habrá que extremar las precauciones a la hora de realizarlas. El gas butano es más pesado que el aire, por lo que se almacenará al nivel del suelo de cualquier estancia cerrada en la que nos encontremos. Si se concentra en suficiente cantidad, basta cualquier chispa para que se incendie o explote. Las extracciones de BHO siempre han de realizarse en el exterior y evitar fumar o estar cerca de electrodomésticos o maquinaria que pueda detonar el gas.
Otro aspecto a tener en cuenta en este tipo de extracción es la elección del gas que utilizaremos. Este ha de ser el más puro que podamos encontrar, pues de otra forma las impurezas del gas quedarían atrapadas en el aceite y podrían resultar muy tóxicas. Se usan gases altamente refinados como el Colibrí.
Los materiales que vamos a utilizar son:
- Extractor de BHO de acero inoxidable, cristal de boro silicato o titanio.
- Guantes.
- Bombonas de gas lo más refinado posible (tipo Colibrí).
- Una fuente de cocina de Pyrex.
- Olla en la que quepa la fuente.
- Cuchillas.
El método en sí no es complicado, lo más seguro es equiparnos con un extractor de acero inoxidable de entre los modelos que hay en el mercado. Hay que evitar los modelos plásticos, pues el paso del gas por su interior puede arrastrar sustancias nocivas que recogería el BHO. Rellenamos el tubo con la materia vegetal y la prensamos ligeramente. Sin apretarla demasiado, pero sin dejar bolsas de aire en su interior. Luego sostendremos el extractor con los guantes, ya que este se congelará y vertemos el contenido de los botes de gas a través del tubo y sobre la fuente de Pyrex. Entonces veremos como el gas licuado cae en la fuente, tornándose dorado o amarillento al arrastrar los cannabinoides. Una vez que hemos terminado de verter el gas a través del extractor, nos quedará en la fuente de Pyrex el BHO cargado de cannabinoides. Sin embargo esta extracción no está lista para su consumo, llega ahora el momento de eliminar los restos de gas que quedan atrapados en el aceite.

Para eliminar el gas del BHO, colocaremos la fuente de Pyrex dentro de la olla con agua caliente, al baño maría. Esto provocará la formación de numerosas burbujas de gas butano que estaban atrapadas en el aceite. Las pincharemos dejando salir el gas y con ello lo eliminaremos del producto final. Para ello el agua no debe de estar excesivamente caliente, con unos 40 o 60º C será suficiente. Repetiremos este proceso de colocar la fuente al baño maría y pinchar las burbujas que se formen varias veces para dejar el BHO lo más limpio posible.

Finalmente colocaremos la fuente con el aceite en la nevera para endurecerlo y así poderlo raspar con las cuchillas y almacenarlo más fácilmente.