Sexado de las plantas de cannabis.
Determinar el sexo de una planta de marihuana es un procedimiento bastante sencillo, aunque en un principio pueda parecer más complicado de lo que creemos. Es más, ésta suele ser una de las razones por la que muchos cultivadores no usen semillas regulares en vez de las feminizadas. Para determinar si una planta es macho o hembra deberemos esperar hasta que muestre las preflores, las cuáles usaremos para determinar su sexo.
Lo primero será aprender a situarlas para poder diferenciar las hembras de los machos. Las primeras preflores no suelen aparecer hasta que la planta llega a las 4 ó 6 semanas de vida y esto nos indicará que la planta ha alcanzado la madurez sexual. Para localizarlas deberemos fijarnos en los nudos, lugar del tallo desde donde parten las hojas y las ramificaciones laterales. Una vez tenemos identificados los nudos, nos fijaremos en el quinto o sexto contando desde la base de la planta. En cada nudo tendremos un par de hojas que salen a cada lado del tallo; una ramificación lateral encima de la base de cada hoja; y las estípulas, que son unos pequeños apéndices con forma parecida a la de una espina situados a los lados de los tallos de las hojas.
Una vez tenemos localizado todo esto, buscaremos las preflores, que se encuentran justo detrás de las estípulas. Al principio serán muy pequeñas y no nos permitirán diferenciar hembras de machos, sólo habrá que tener un poco de paciencia y esperar que crezcan lo suficiente. Esto ocurre en un plazo de 5 ó 7 días aproximadamente. Nos gustaría recalcar que no debemos precipitarnos en querer quitar los machos, pues tenemos suficientes días de margen antes de que empiecen a liberar polen y polinizar algunas de las hembras.
Una vez tenemos situadas en el tallo las preflores, sólo nos queda diferenciar hembras de machos. Y para ello lo más importante es recordar que todas las flores hembra poseen un par de pistilos (pelitos en forma de “v”) saliendo del cáliz (el cuerpo de la flor). Por el contrario, las flores macho no poseen pistilos. Son de forma redondeada y con una forma parecida a los gajos de una naranja, cinco gajos en total, que se abrirán y separaran unos de otros cuando la flor esté madura y lista para soltar polen.
Con estos datos y mucha paciencia para no arrancar ninguna planta prematuramente, podremos separar los machos de las hembras sin llegar a equivocarnos.